Ingeniería de Petróleo

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sábado, 14 de enero de 2017

El Ciclo de las Rocas


Ciclo de las Rocas

Al ser la Tierra un planeta rocoso existe una ciencia encargada de su estudio y esta es la Geología. La geología estudia las rocas y los minerales de los que está hecho nuestro planeta y los científicos que se dedican a la geología se llaman geólogos.


Un mineral es una sustancia sólida natural, mientras que una roca es una combinación de uno o más minerales. Algunas rocas componen casi en su totalidad de un solo mineral. Otras, en cambio, se componen de muchos minerales distintos. Tanto las rocas como los minerales nos proporcionan una gran cantidad de recursos útiles.

Mediante el estudio de las rocas y los minerales, los geólogos pueden averiguar como debía de ser la Tierra hace mucho tiempo, así como mejorar su compresión de las fuerzas que siguen conformándola hoy en día.

Además de existir los planetas rocosos en el Sistema Solar se encuentran cientos de miles de cuerpos rocosos más pequeños. Los científicos han aprendido mucho sobre los minerales que contienen a través de fragmentos de rocas que se han llegado a la Tierra como meteoritos, de las observaciones con telescopios, de las fotografías tomadas por las naves espaciales y de la exploración de la Luna y de Marte.

Los meteoroides son fragmentos rocosos resultantes de la formación del Sistema Solar, suelen acercarse lo suficiente a la Tierra como para que la gravedad los atraiga. Cuando un meteroide penetra en la atmósfera, arde y produce un gran resplandor conocido como meteoro. Un meteorito es la parte del meteroide que no se destruye al atravesar la atmosfera, pero la mayoría de los meteroides se destruyen completamente al penetrar en la atmósfera terrestre. Sin embargo, se estima que unos 500 meteoritos impactan sobre la superficie de la Tierra cada año. Muy pocos meteoritos son los bastantes grandes como para provocar un cráter de impacto.
El estudio de las ondas sísmicas (los movimientos de las rocas producidos por los terremotos) y de su propagación a través del suelo ha permitido que los científicos descubran las distintas capas de la tierra. La tierra tiene una capa exterior de corteza con un grosor de 5 a 70 Km. Debajo está el manto (capa más gruesa 70% del volumen de planeta), con una profundidad de unos 2.885 Km, con rocas blandas que están en constante movimiento. A continuación, el núcleo exterior líquido que se compone de hierro o níquel. Por último, en el centro del planeta. Hallamos el núcleo interior, una esfera sólida de hierro de unos 1.220 Km de radio.

La Tierra posee placas tectónicas y un ciclo rocoso. Las capas exteriores de la Tierra (la corteza y el manto) se componen de varias piezas conocidas como placas tectónicas, que se mueven constantemente impulsadas por el calor procedente del interior del planeta. Ese movimiento hunde las rocas, las empuja hacia arriba para crear cordilleras y origina áreas de actividad volcánica. 
Cuando un volcán entra en erupción, material rocoso de las profundidades sale a superficie. Este material puede estar fundido (derretido) o ser sólido. La roca en fusión se llama magma cuando está en el interior de la Tierra y lava al llegar a la superficie. Los trozos pequeños de roca sólida son la ceniza volcánica y los más grandes, las bombas volcánicas.

Las rocas terrestres se hallan en un proceso de formación, desgaste y reformación continua, conocido como el ciclo de las rocas. Algunas fases de este proceso, como la erupción de volcanes o la erosión de acantilados, ocurren de manera relativamente rápida y se pueden apreciar a simple vista. Otros procesos implicados en el ciclo tienen lugar bajo tierra y tardan millones de años en completarse.
Una manera de clasificar las rocas es hacerlo de acuerdo con su proceso de formación. Las rocas que son producto de la actividad volcánica se llaman ígneas (del latín igneus, es decir, “ardiente”), las que se forman a partir de capas comprimidas de sedimento son las sedimentarias, y las creadas a partir de una serie de cambios de temperatura o de presión son las metamórficas.

Las rocas ígneas se pueden formar bajo la Tierra o en la superficie. Las que se forman bajo la Tierra suelen tener grandes cristales. La lava procedente de un volcán en erupción origina rocas ígneas en la superficie. Estas pueden ser suaves y brillantes como la obsidiana (formada a partir de lava rica en silicatos y enfriada rápidamente) o mates y agujereadas como la piedra pómez (pumita originada a partir de lava espumosa).

Las rocas ígneas que se forman bajo la Tierra se denominan intrusivas. En cambio, las que se forman en la superficie son las extrusivas, es decir, la obsidiana y la piedra pómez son extrusivas al formarse de la lava en la superficie. Algunos ejemplos de rocas intrusivas son el granito y el gabro.

Las rocas sedimentarias se forman gradualmente, a medida que una capa de sedimento se deposita encima de otra; es habitual apreciar las distintas capas en la roca. Las rocas sedimentarias pueden contener fragmentos de distintas rocas, de conchas o de evaporitas (minerales que se depositan tras la evaporación de agua rica en sales). Los sedimentos se convierten en roca mediante un proceso de sedimentación donde interviene los siguientes pasos: meteorización, erosión, transporte, depositación y sedimentación.

La meteorización y la erosión desempeñan un importante papel en el proceso de sedimentación y por ende en el ciclo de las rocas, ya que son los procesos de desgaste básico. La meteorización se produce cuando las rocas ya preexistentes se descomponen en donde están. La erosión, cuando el agua, el viento o el hielo arrastran el material. Es habitual que los dos procesos sucedan al mismo tiempo.

Las rocas erosionadas son transportadas por el viento, el agua o el hielo y depositadas en otro sitio. Los ríos tienen un rol importante al arrastrar los sedimentos bajo la forma de grava, arena, limo, entre otros. A medida que los ríos crecen, la cantidad de sedimentos que se deposita en el hecho del río es cada vez mayor. Los sedimentos que transporta un rio se conoce como su carga. Esta puede contener roca y sedimentos, que ruedan a lo largo del lecho. Cuando más rápido es el rio, más sedimentos puede arrastrar. Cuando el curso del agua se ralentiza, los sedimentos bajan. La velocidad a la que circula el agua de un río es mayor en su nacimiento y menor cerca de la desembocadura, porque le terreno se vuelve menos empinado y el cauce se ensancha.



En las costas podemos ver esta parte del proceso en acción, sobre todo en las zonas de acantilados. En su base, las rocas que se han acabado cayendo desde lo alto por los efectos de la meteorización, son erosionadas por el mar y depositadas en zonas de guijarros, grava, arena y barro.

En la sedimentación, los sedimentos depositados se convierten en roca mediante la litificación. El calor y la presión provocados por el peso de las nuevas capas de sedimentos hacen que las partículas sedimentarias inferiores se compacten y se endurezcan. Las capas de las rocas sedimentarias se llaman estratos. Algunos ejemplos de rocas sedimentarias son las areniscas y las lutitas.

Las rocas previamente existentes y alteradas por una presión y una temperatura extrema o sólo por altas temperaturas, se llaman rocas metamórficas. A medida que las rocas existente se fragmenten y se calientan, gradualmente, se forman nuevos minerales a partir de los elementos presentes en la roca. Finalmente, éstos se cambian y dan lugar a un tipo de roca distinto. Este proceso se conoce como metamorfismo, donde se puede transformar una roca blanda y poco consistente como la creta, un tipo de caliza (roca sedimentaria), en otra dura y resistente como el mármol. Algunos ejemplares de este tipo de rocas son el mármol como se mencionó anteriormente, la pizarra, el esquito y el gneis.

Casi todo lo que saben los científicos acerca de la historia de la Tierra lo han averiguado a través del estudio de las rocas y los minerales. Las rocas sedimentarias son muy valiosas en este sentido, pues nos dan información sobre acontecimientos de todo tipo, como movimientos de las placas tectónicas, cambios climáticos y desastres naturales (erupciones volcánicas, impactos de meteoritos, entre otros). Ahora queda en ti seguir descubriendo y aprendiendo sobre las rocas, aún más de las sedimentarias, puesto son las que generalmente son capaces de contener y almacenar hidrocarburos.



¿Cómo conocer de algo?
Si no se comienza por su origen

Fuente



Whittaker, H. (2009). Rocas y Minerales. Libro de actividades Eyewitness, 46.

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