PARTE I: DEFORMACIÓN DE LA CORTEZA TERRESTRE
Cualquier
cuerpo de roca, con independencia de su dureza, tiene un punto en el que se
fracturará o fluirá. La deformación (de = fuera; forma = forma) es un término general
que se refiere a todos los cambios de tamaño, forma, orientación o posición de
una masa rocosa. La mayor parte de la deformación de la corteza tiene lugar a lo largo de los márgenes de las placas. Los
movimientos de las placas y las interacciones a lo largo de los límites de
placas generan las fuerzas tectónicas que provocan la deformación de las
unidades de roca.
1. Fuerza y esfuerzo
La fuerza es lo que tiende a poner en
movimiento los objetos estacionarios o a modificar los movimientos de los
cuerpos que se mueven. De la experiencia cotidiana sabemos que si una puerta
está atascada (estacionaria), aplicamos fuerza para abrirla (ponerla en
movimiento).
Para describir las fuerzas que
deforman las rocas, los geólogos estructurales utilizan el término esfuerzo,
que es la cantidad de fuerza aplicada sobre un área determinada. La magnitud
del esfuerzo no es simplemente una función de la cantidad de fuerza aplicada,
sino que también está relacionada con el área sobre la que la fuerza actúa. Por
ejemplo, si una persona anda descalza sobre una superficie dura, la fuerza
(peso) de su cuerpo se distribuye por todo el pie, de modo que el esfuerzo que
actúa en cualquier punto de su pie es pequeño. Sin embargo, si esa persona pisa
una pequeña roca puntiaguda, la concentración de esfuerzos en un punto de su
pie será elevada. Por tanto, puede pensarse en el esfuerzo como una medida de
cuán concentrada está la fuerza, el esfuerzo puede aplicarse de manera uniforme
en todas las direcciones (presión de confinamiento) o de manera no uniforme (esfuerzo diferencial).
2. Tipos de esfuerzo
2.1
Esfuerzo diferencial
Cuando se aplica un esfuerzo en
direcciones diferentes, se denomina esfuerzo diferencial. El esfuerzo
diferencial que acorta un cuerpo rocoso se conoce como esfuerzo compresivo (com
= junto; premere = presionar).
2.2 Esfuerzo compresional
Los esfuerzos compresivos asociados con
las colisiones de las placas tienden a acortar engrosar la corteza
terrestre, plegándose, fluyendo o fracturándose (Figura GEST-01B).
El esfuerzo compresivo se concentra
más en los puntos en los que los granos minerales están en contacto, provocando
la migración de la materia mineral de las zonas de esfuerzo elevado a las
zonas de esfuerzo bajo (véase la Figura MET-05). Como consecuencia, los granos
minerales (y la unidad de roca) tienden a acortarse en dirección paralela al
plano del máximo esfuerzo y a alargarse en dirección perpendicular a la de
mayor esfuerzo.
Figura GEOEST-01 Deformación de la corteza terrestre provocada por las fuerzas
tectónicas y los esfuerzos asociados
Resultante del movimiento de las placas
litosféricas.
A. Estratos antes de la deformación.
B. Los esfuerzos compresionales asociados con las colisiones de las
placas tienden a acortar y engrosar la corteza terrestre mediante pliegues y
fallas
C. Los esfuerzos tensionales en los bordes de placa divergentes
tienden a alargar los cuerpos rocosos mediante el deslizamiento a lo largo
de las fallas en Ia corteza superior y el flujo dúctil en profundidad.
D. Los esfuerzos de cizalla en los bordes de placa pasivos tienden a
producir desplazamientos a lo largo de las zonas de falla. el lado
derecho del diagrama ilustra la deformación de un cubo de roca en respuesta a
los esfuerzos diferenciales que se ilustran en los diagramas correspondientes
de la izquierda Cuando el esfuerzo tiende a alargar o a separar una unidad
rocosa, se conoce como esfuerzo. Donde las placas se están separando (límites de
placa divergentes), los esfuerzos tensionales tienden a alargar Ios cuerpos rocosos
situados en la corteza superior mediante el desplazamiento a lo largo de las
fallas. Por otro lado, en profundidad el desplazamiento es consecuencia de un
tipo de flujo plástico.
2.3 Esfuerzo de cizallamiento
El esfuerzo diferencial también puede
hacer que la roca se cizalle (Figura GEOEST-01D). Un tipo de cizallamiento es
similar al deslizamiento que se produce entre los naipes de una baraja cuando
la parte superior se desplaza en relación a la inferior (Figura
GEOEST-02). En los entornos próximos a la superficie, el cizallamiento suele
producirse en superficies de debilidad paralela y estrechamente espaciada, como
los planos de estratificación, foliación y las microfallas. Además, en los
bordes de falla transformante, los esfuerzos de cizallamiento producen desplazamientos a
gran escala a lo largo de las principales zonas de falla. Por el contrario, a
grandes profundidades, donde las temperaturas, las presiones de confinamiento
son elevadas, un flujo en estado sólido es el responsable del cizallamiento.
Figura GEOEST-02 ilustraciones del cizallamiento y la
deformación resultante.
A. Baraja de naipes ordinaria con un círculo estampado en el lateral.
B. Deslizando la parte superior de la
baraja en relación con la parte inferior, podemos ilustrar el
tipo de cizallamiento que suele tener lugar a lo largo de los planos de
fragilidad poco separados de las rocas. Obsérvese que el círculo se convierte
en una elipse, la cual puede utilizarse para medir la cantidad y el tipo de deformación.
Un desplazamiento añadido (cizallamiento) de los naipes tendría como
consecuencia una mayor deformación y quedaría indicado por un cambio de la
forma de la elipse.
1.
Deformación
Quizá el tipo de deformación más
fácil de imaginar ocurre a lo largo de las superficies de las fallas
pequeñas, donde el esfuerzo diferencial hace que las rocas se muevan unas en
relación con otras, de tal manera que su tamaño y su forma originales ser
conservan. El esfuerzo también puede provocar un cambio irreversible en la
forma y el tamaño del cuerpo rocoso, denominado deformación.
Como en el círculo que aparece en la
figura (GEOEST-02B), los cuerpos deformados no mantienen su configuración
original durante la deformación. Al estudiar las unidades de rocas deformadas
por el esfuerzo, los geólogos se preguntan ¿Qué nos dicen esas estructuras
sobre la disposición original de esas rocas y cómo se han deformado?
2. ¿Cómo se deforman las Rocas?
Cuando las rocas son sometidas a
esfuerzos que su propia resistencia, empiezan a deformarse, normalmente
plegándose, fluyendo o fracturándose (Figura GEOEST-01). Es fácil hacerse
una idea de cómo se quiebran las rocas porque normalmente pensamos en
ellas como algo quebradizo. Pero ¿cómo pueden doblarse las grandes unidades
rocosas en pliegues complicados sin romperse durante el
proceso? Para responder a esta pregunta, los geólogos estructurales
realizaron experimentos de laboratorio en los que las rocas fueron
sometidas a esfuerzos diferenciales bajo condiciones que simulaban las
existentes a diversas profundidades debajo de la corteza.
Aunque cada tipo de roca se deforma
de una manera algo diferente, a partir de esos experimentos se
determinaron las características generales de la deformación de las rocas. Los
geólogos descubrieron que cuando se aplica gradualmente ''n esfuerzo, las rocas
responden primero deformándose elásticamente. Los cambios resultantes de
la deformación elástica son recuperables: es decir, igual que ocurre con una
cinta de goma la roca volverá prácticamente a su tamaño y forma originales
cuando cese el esfuerzo.
Una vez sobrepasado el límite
elástico (resistencia) de una roca, ésta fluye (deformación dúctil) o se
fractura (deformación frágil). Los factores que influyen en la resistencia de
una roca y, por tanto, en cómo esta se va a deformar son la temperatura, la
presión de confinamiento, el tipo de roca, la disponibilidad de fluidos y
el tiempo.
Figura GEOEST-03 Estratos sedimentarios deformados que afloraron al hacer la carretera
de Palmdale, California. Además del plegamiento obvio, los estratos claros
están desplazados a lo largo de una falla localizada en el lado derecho de la
fotografía. (Foto de E. J. Tarbuck.)
1. Tipos
de deformaciones
1.1 Deformación
elástica
El material se deforma, pero cuando
cesa el esfuerzo, la deformación desaparece (por ejemplo una goma
elástica). Es, por tanto, una deformación reversible.
5.2 Deformaciones plásticas
La deformación plástica
o dúctil es un tipo de flujo en estado sólido que produce un cambio en el
tamaño y la forma de un objeto sin fracturarlo. La deformación se mantiene aunque el esfuerzo
desaparezca (como ocurre con la
plastilina). La deformación es irreversible. Los objetos normales que muestran un comportamiento dúctil son la arcilla de modelar, la cera de las abejas, el caramelo y la mayoría de los metales. Por ejemplo, una moneda de cobre colocada en el rail de una vía se aplanará y deformará (sin romperse) debido a la fuerza aplicada por un tren que pase por encima. La deformación dúctil de una roca -fuertemente ayudada por una temperatura y una presión de confinamiento elevada es algo parecida a la deformación de una moneda aplanada por un tren. Una manera mediante la cual se produce este tipo de flujo en estado sólido en el interior de una roca es mediante el deslizamiento gradual y la recristalización a lo largo de planos de fragilidad en el interior de la red cristalina de los granos minerales (véase Figura MET-05B). Esta forma microscópica de flujo gradual en estado sólido implica el deslizamiento que altera la red cristalina y la inmediata recristalización que repara la estructura. Las rocas que muestran signos de flujo dúctil normalmente se deformaron a una gran profundidad y exhiben pliegues que dan la impresión de que la resistencia de la roca era parecida a la de la masilla blanda.
plastilina). La deformación es irreversible. Los objetos normales que muestran un comportamiento dúctil son la arcilla de modelar, la cera de las abejas, el caramelo y la mayoría de los metales. Por ejemplo, una moneda de cobre colocada en el rail de una vía se aplanará y deformará (sin romperse) debido a la fuerza aplicada por un tren que pase por encima. La deformación dúctil de una roca -fuertemente ayudada por una temperatura y una presión de confinamiento elevada es algo parecida a la deformación de una moneda aplanada por un tren. Una manera mediante la cual se produce este tipo de flujo en estado sólido en el interior de una roca es mediante el deslizamiento gradual y la recristalización a lo largo de planos de fragilidad en el interior de la red cristalina de los granos minerales (véase Figura MET-05B). Esta forma microscópica de flujo gradual en estado sólido implica el deslizamiento que altera la red cristalina y la inmediata recristalización que repara la estructura. Las rocas que muestran signos de flujo dúctil normalmente se deformaron a una gran profundidad y exhiben pliegues que dan la impresión de que la resistencia de la roca era parecida a la de la masilla blanda.
5.3 Deformaciones
Frágil
Temperatura y
presión da confinamiento. Las rocas próximas a la superficie, donde las
temperaturas y las presiones de confinamiento son bajas, tienden a comportarse
como un sólido frágil y se fracturan cuando se supera su resistencia. Este tipo
de deformación se llama deformación Frágil.
Es importante destacar que los
procesos por los que las rocas se deforman ocurren a lo largo de un continuo
que se extiende entre la fractura frágil pura en un extremo al flujo dúctil
(viscoso) en el otro. No hay límites marcados entre los diferentes tipos de
deformación. También necesitamos recordar que, en general, los elegantes
pliegues y los modelos de flujo que observamos en las rocas deformadas se
alcanzan en general por el efecto combinado de la distorsión, el deslizamiento
y la rotación de los granos individuales que componen una roca, Además, esta distorsión
y la reorganización de los granos minerales tienen lugar en la roca que es
esencialmente sólida.
PARTE II: Cartografía
de las estructuras Geológicas
Los
procesos de deformación generan estructuras a muchas escalas diferentes. En un
extremo se encuentran los principales sistemas montañosos de la Tierra. En el
otro, los esfuerzos muy localizados crean fracturas menores en las rocas. Todos
estos fenómenos, desde los pliegues más grandes de los Alpes hasta las
fracturas más pequeñas de una lámina de roca, se conocen como estructuras
tectónicas.
Cuando estudia una región, el geólogo
identifica y describe las estructuras principales. A menudo, una estructura es
tan grande que desde una zona concreta sólo puede verse una pequeña porción. En
muchas situaciones, la mayor parte de las capas está cubierta por
vegetación o por sedimentos recientes. Por consiguiente, debe hacerse
utilizando los datos recogidos de un número limitado de afloramientos, que
son lugares donde el sustrato de roca aflora en la superficie. Pese a esas
dificultades, una serie de técnicas cartográficas permiten a los geólogos
reconstruir la orientación y la forma de las estructuras existentes. En los
últimos años, los avances acaecidos en la fotografía aérea, en la obtención de
imágenes a través de los satélites y en el desarrollo del sistema de
posicionamiento global (GPS) han ayudado en este trabajo. Además, los perfiles
de reflexión sísmica y las perforaciones proporcionan datos sobre la
composición y la estructura de las rocas que se encuentran en profundidad.
1. La
cartografía geológica
Se realiza con mucha más facilidad
cuando los estratos afloran en la superficie. Esto se debe a que los sedimentos
suelen depositarse en capas horizontales. Si los estratos de rocas
sedimentarias siguen estando horizontales, esto les dice a los geólogos que
probablemente el área no ha experimentado modificaciones estructurales. Pero si
los estratos están inclinados, doblados o rotos, esto indica que se produjo un
período de deformación después de la deposición.
2. Rumbo y buzamiento
Los geólogos utilizan dos medidas
denominadas dirección (rumbo) y buzamiento (inclinación) para ayudar a
determinar la orientación de un estrato rocoso o de una superficie de falla
(Figura GEOEST-04). Conociendo la dirección y el buzamiento de las rocas
en la superficie, los geólogos pueden predecir la naturaleza y la estructura de
unidades rocosas y las fallas que están ocultas debajo la superficie fuera del
alcance de nuestra vista.
Figura GEOEST-04 Dirección y buzamiento de un estrato rocoso.
La dirección o rumbo es el ángulo
entre el norte magnético y una línea obtenida mediante la intersección de un
estrato inclinado, o falla, con un plano horizontal (Figura GEOEST-05). La
dirección o rumbo, se suele expresar como un valor de un ángulo en relación con
el norte. Por (N 10º E) significa que la línea de dirección se dirige al este
desde el norte. La dirección del estrato ilustrada en la Figura GEOEST-04 es de
aproximadamente norte 75º este. (N 75" E).
El buzamiento es el ángulo de
inclinación de plano geológico, como por ejemplo una falla, medida desde un
plano horizontal. El buzamiento incluye el valor del ángulo de inclinación
como la dirección hacia la cual la roca está inclinada. En la Figura GEOEST-4,
el ángulo de buzamiento del estrato rocoso es de 30º Una manera de
visualizar el buzamiento es imaginar que el agua descenderá siempre por la
superficie rocosa según una línea paralela al buzamiento. La dirección
caída formará siempre un ángulo de 90º con la dirección.
En el campo, los geólogos miden la
dirección (rumbo) y el buzamiento (inclinación) de las rocas sedimentaría en
tantos afloramientos como sea conveniente. Esos se representan luego en un mapa
topográfico o en fotografía aérea junto con una descripción codificada colores
de la roca. A partir de la orientación de los estratos puede establecerse la
orientación y la forma supuesta de la estructura, como se muestra en la
Figura GEOEST-05. Utilizando esta información, el geólogo puede reconstruir las
estructuras previas a la erosión y empezar a interpretar la historia
geológica de la región.
Figura GEOEST-05 Estableciendo la dirección y el buzamiento de los etratos
sedimentarios que afloran en un mapa A., los geólogos pueden deducir la
orientación de la estructura en el subsuelo B.
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